Esquizofrénesis 1981 (por Santi Llop)
· ¿Vamos a escalar?
o Vale, tengo muchas ganas!!
· ¿Qué te parece una fisura muy guapa que he visto?
o Vale, molan las fisuras!!
· Habrá que abrirla!!
o Bueno, no será la primera vía que abro.
· Tendrá musgo probablemente
o La aventura es la aventura, ya la limpiaremos.
· ¿En libre?, porque si no nos dará tiempo.
o Lo intentaré. A ver si estoy a la altura.
· Pero sin maza ¿hace?
o No hay problema, me encantan los fisureros y los excéntricos. Y de paso nos ahorramos un montón de peso.
· De acuerdo. Te paso a buscar el sábado a primera hora ¿vale?
o Muy bien, pero lleva tu las cuerdas, que yo ando escaso de material.
Un diálogo como este no es extraño hoy en día. ¿O tal vez sí? Creo que peco de idealista. Tengo tan claras las ideas que pienso que todo es evidente. Pero la realidad está ahí afuera como reza una frase hecha. Y lo cierto es que actualmente pocas vías se abren desde abajo. Además, de las pocas vías que se abren desde abajo solo algunas lo son en libre. Y abrir sin maza, ni expansiones ya es comparable con aquello del mono verde. Por lo tanto decir que esta conversación se llevó a cabo a principios del año 1981 es convertir al mono verde en cuestión en una especie en vías de extinción.
Cierto es que éramos jóvenes, que descubríamos una manera nueva de afrontar la escalada y que nos complacía mucho más, a pesar de ser mucho más exigente.
El libro de Meyers era nuestra Biblia. Pero todo pasaba por el filtro de un idioma y un sistema político diferente. No teníamos el material de los yosemíticos en cuestión y hacíamos de nuestra capa un sayo para suplir las deficiencias. Echábamos mano del reciente 68 y hacíamos del slogan la imaginación al poder nuestra principal máxima para aprovecharnos del poder de la imaginación. Una tuerca con un cordino era un excéntrico, si no había otra cosa se empotraba un nudo, y así hasta sacar yogur de la masa gris del cerebro.
No solo había cambios en el material, también en la manera de vestir. La consigna era esconder los “rociatore” y ponerse un chándal con rayas en el lateral o un pantalón blanco para marcarse el reto de bajarlo impoluto.
Como me comentó un amigo en ese tiempo:
Cuando estás pillado y miras hacia abajo ves la pernera del chándal con sus rayas paralelas. Y piensas: “con lo que molan estas rayas como me voy a caer” y con un golpe de gas te das el paso.
Personalmente a mí nunca se me ha pasado este pensamiento por la cabeza, pero estábamos acostumbrados a no caer por razones históricas y sacábamos fuerzas y recursos de vete a saber donde.
Revolviendo entre antiguos papeles descubro la cuartilla de un bloc de notas con un croquis. Tiene pocas referencias, pero un gran valor histórico.
Croquis original
A primera vista destaca la diferente graduación de la dificultad respecto a la actual. Ello se justifica por las circunstancias de la época. Se utilizaba la antigua escala de graduación cerrada, donde VIº equivalía a decir extremadamente difícil (ED) y no había nada más difícil. Por lo tanto, con la modestia que nos caracterizaba, no íbamos a ser nosotros unos jovencitos los que enseñarían a las grandes glorias lo que era la dificultad extrema. Y ahí están, todas las vías de ese tiempo, con sus V+, que eran lo más pero sin pasarse. Muchos de esos V+ actualmente son 6a, 6b, 6c e incluso algún 7a. Así que cuidadín!! con los V+ de principios de los años 80, que pueden dar un susto al más pintado.
Mucho podría estar dando la vara con batallitas, pero reflexionad sobre la evolución de la escalada. Hace 25 años con pocos recursos y mucha ilusión se inició un cambio que hoy en día aún dura. Pero ¿en que ha evolucionado la escalada en los últimos 5 o 10 años?, ¿en nuevos materiales?, ¿en más dificultad?. ¿No se estará confundiendo el fin y los medios?. Comparadlo con el comunismo. La teoría del sistema comunista es buena, prácticamente todo el mundo lo reconoce. El problema es como llegar a esa utopía, para ello se ideó la dictadura del proletariado, que ha demostrado ser un fracaso en su aplicación.
Poniéndolo clarito:
Para poder incrementar el nivel de dificultad que se supera se equipan las vías desde arriba con muchos seguros fijos y así centrarse en el tema concreto de la dificultad. Este seria el medio para subir el nivel de dificultad.
El fin no es otro que poder ascender sin necesidad de tantos seguros, ni de que estén colocados previamente. Claro está que en un nivel de dificultad inferior, pero esa es la regla de cualquier sistema de entrenamiento y así se debe plantear
Un maratoniano hace carreras más cortas a mayor velocidad para incrementar el ritmo y rebajar su tiempo en la maratón. Un esquiador de montaña hace esquí de pista para mejorar su técnica. Y así un largo etcétera con muchos deportes.
Para no vernos abocados a la caída del muro de Berlín de la escalada libre habrá que ir con cuidado con la dictadura deportiva (léase: dictadura del proletariado de la escalada deportiva).
3 comentarios:
No me queda del todo claro por donde vas, espero no malinterpretarte, pero tengo la impresión que en tu razonamiento decides cual es el fin de la escalada:
Ascender ruta cada vez más difíciles con menos seguros (o al menos seguros no fijos)
y luego declaras que otras cosas (como la deportiva) son el medio para conseguirlo. Y que no debemos perder eso de vista.
Pero yo creo que la escala no tiene ningún objetivo.
Eso sí, las personas, los escaladores tenemos objetivos pero cada uno el suyo y no todos comparten el que comentas.
Saludos
Que hay Kiko:
Peliagüdo tema el de comparar la escalada con la política.
Creo que como con todo, la evolución, tiende a ralentizarse según se va alacanzando objetivos. Como pasa cuando coimienzas, que en pocos años estas haciendo 6a, pero en seguida te das cuentas que la evolición que llevas en los comienzos se hace mucho máa lenta según van pasado los años, por diferentes motivos como son la falta de tiempo, el dinero, el trabajo, las lesiones y un largo etc que todos sabemos bien.
Me llega al cabeza un antiguo eslogan de boreal, que decía Think less, Clim More.
Salu2
Estoy de acuerdo en lo del respeto.
Yo creo que una de las cosas que no nos permite ponernos de acuerdo con esto de la escalada es que es como caminar. No es algo monólitico y único.
Hay quien camina para llegar a un sitio, quien lo hace para ganar una carrera, quien disfruta del camino y no del destino al que llega, quien camina por obligación y quien por gusto, quien lo hace por asfalto y quien se la juega por la montaña...
Debatir cual es el fin de caminar sería complicado, ¿no?
Pues yo veo la escalada igual, un cúmulo de actividades semejantes pero con fines muy diferentes bajo el paragüas de una misma palabra...
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