04 octubre 2006

Directa Americana, 1976 (Según Pepe Guerrero)




Esta es la historia de cómo un grupo de chavales de barrio madrileños, asiduos de las escuelas clásicas de la zona, realizan la primera repetición española de la ruta “Directa Americana” al Dru. Sin apenas información ni dinero, y con la ayuda del material de su club, el Alpino Guadarrama, gran parte de la UBSA hace su primera visita a los Alpes.



“Lo del Dru vino por el libro de Guido Magnone. Yo sabía algo de francés y cuando lo leí, aquello me dejó loco…El caso es que nos apuntamos al Club Alpino Guadarrama porque nos dejaban material para escalar, y allí había una biblioteca antigua.
Cuando se abrió la Oeste del Dru no había ninguna ruta, solo la Norte clásica, y los tíos se lo curraron que te cagas…le echaron huevos y tenacidad. Una película que te cagas! Pensamos en hacerla, pero alguien más enterado nos dijo que lo bueno era hacer la “Directa”, que la había abierto gente que escalaba en Yosemite, y que era lo más difícil de los Alpes, con una bavaresa de VI grado en libre…”



Portilla, Tito y el Tronko a los pies del Dru



“La vía nos venía grande, pero en aquel momento estábamos escalando mucho. Portilla, el Tronko, Tito y yo dormimos en la base para meternos temprano, y Guirles y Luiso subieron al día siguiente. O sea todo del revés, porque normalmente nosotros éramos los que nos metíamos tarde en las vías, y ellos dos pronto. Solíamos meternos tarde en las paredes, con un queso y un chorizo, y con la casa a cuestas, vamos. Pero esa vez lo hicimos al revés, prontito como los alpinistas. En vez de llevar comida llevábamos higos y gilipolleces, y unos caldos starlux para deshacer con el infiernillo. Y sin embargo Guirles y Luiso, que eran los que siempre hacían eso, esa vez se metieron a medio día, con comida. Lo hicimos todo al revés, cambiamos los papeles”.




En los primeros tramos de la entrada a la vía



Pepe en los primeros largos duros


“Cuando nos metimos había gente en la pared, cuatro o cinco cordadas. Les habíamos visto llegar mientras nos vestíamos. Parecían ir todos al mismo sitio, así que nos dimos prisa y les seguimos los primeros largos, hasta el pie de la bavaresa. Y allí, frenazo...¡ambiente! Había dos ingleses, dos o tres cordadas de franceses, y dos alemanes. Todos se cambiaron las botas duras por las “pie de gato”, justo antes de la bavaresa. Fue el primer verano que las veía. Y dije: ¡ostias!..la hemos cagado aquí_ Aquello se veía vertical de cojones y nos entró un complejo que te cagas. Los franceses se lo curraron todo, y pasaron. Entonces se encalomó el Portilla, que iba en cordada con el Tronko. Los primeros 3 ó 4 metros bien, pero luego hay un paso jodido, con un cambio que hace como una media luna, y viéndole allí sufrir, le dije al Tito: _¡retírate, que viene el Portilla!. Y el Portilla voló, y cayó encima del Tronko. Se pegó un buen talegazo, bajó por debajo de la reunión, y le quemó la cara con la cuerda. Menudo tajazo que le metió, no veas como sangraba. Sin embargo, él no se hizo nada.
Entonces se desmoralizaron. Los franceses allí tirando, y nosotros con un complejo de españolitos que no veas. Éramos unos críos, el resto superaban los 30 años y nosotros teníamos muchos menos. Yo era el mayor y tenía 19, y Guirles los mismos, pero Tito tenía 17 y Luiso 18 recién cumplidos. Era la primera vez que nos metíamos en un follón de esas características”


Pepe en lo alto de la Bavaresa



“Me curre la bavaresa, que era VI de la época, casi todo en libre, aunque creo que puse los estribos en un tramito. De los que iban por delante se bajaron todos menos los dos alemanes, que acabarían llegando con nosotros a la cumbre. La cosa es que la mayoría de la gente solo iba a hacer el tramo hasta el gran diedro, y no el resto de la Oeste clásica, y como había empezado a chispear un poquito, pues hubo retirada.
Los ingleses, que iban por la norte, tuvieron un accidente. Hubo un parón gordo y pude verle al menda, asomando un poco la cabeza con el casco puesto, y todo ensangrentado. Le había machacado la cabeza una piedra suelta, y su compañero bajó a pedir ayuda y le dejó en le reunión atado. Como a la hora y media apareció el helicóptero, pero según nos contó su compañero varios días después en Chamonix, le sacaron vivo de la pared, pero murió antes de ser remolcado a la cabina.
Al llegar a la reu que hay tras la bavaresa, me encontré con los alemanes. Eran grandes como castillos. Nunca se me olvidará aquello. Uno de ellos se curraba el siguiente largo, y el otro, sentado a mi lado, parecía la pared. Llevaba un mochilón enorme, y sacó agua, me dio un traguito, y me ofreció un caramelo. Y yo allí, a su lado, que parecía su niño. Me miraba y se reía, y me decía: ¡Eh, español!, ¡españolito duro, eh, …españolito duro!
La primera noche dormimos como cuatro o cinco largos por encima, y el Guirles y el Luiso, que habían entrado más tarde, durmieron al pie de la bavaresa”.



El Gran Diedro



Pepe por encima del Gran Diedro





Luiso en el tramo de la Oeste clásica



“Nos juntamos todos al pie del gran diedro, y comenzó el mal tiempo. Nos daba más apuro rapelar que terminar la ruta, porque ya sabíamos que habíamos escalado toda la Directa. Solo quedaba la Oeste clásica, y el cachito de la Norte. Cerca de la cumbre ya si que la cagamos, y tuvimos que dormir precariamente, en diferentes repisas y agujeros. Guirles y yo compartimos una gruta, y fue una noche de rayos y lluvia que no veas.
Y Daniel que todavía tenía un traumazo que te cagas de su aventura en el Eiger, el verano anterior. Aquello si que fue la ostia. Imagínate, un chaval de Pedriza que solo escalaba en roca pura y dura, y que solo había escalado el Pitón LeCarré con el Ardilla para entrenar, en su primer viaje a los Alpes, que nada más bajarse del coche, y mientras el Cañedo montaba la tienda, se mete directamente en la Norte del Eiger. El Ardilla tenía 26 años, y, según creo, renqueó un poco, así que Daniel tuvo que tirar bastante de primero. En la Rampa creo que lo pasó bastante mal, y bajo tocado de los pies y del coco. Vamos, que desde entonces no ha vuelto a meterse en paredes gordas. Salió en los records guiness por ser la persona más joven en escalar esta pared. Hay que tener en cuenta que por entonces la habían hecho muy pocos españoles. Solo Rabadá y Navarro, con la tragedia final, Anglada y Pons, y el Tudela con el catalán aquel. El mérito está en ser su primera escalada en los Alpes, y con 18 años, pero es que el colega es así de obsesivo y de lanzado”



Guirles y Luiso en el tramo de la Norte clásica






“Pasamos una bajada muy mala. A todo esto yo ya me había cagado, literalmente, desde el gran diedro. Lo que eran pedos controlados al beber el agua que calentábamos con el hornillo, acabó en mierda hasta los tobillos. Pero que me tuve que quitar los leotardos que llevaba, y los calzoncillos, y tirarlos a tomar por culo, y me quedé solo con los bávaros.
Nos levantamos con ventisca, y nos comimos un marrón que no veas. Sin tener ni idea de la bajada buena, que atraviesa hacia el Gran Dru, y en cosa de 4 ó 5 rápeles llegas al lo alto del glaciar, hicimos 25 en bajada directa. Echamos todo el día, y el último rapel fue volado. Se lo curro Tito, y nos salvó una buena papeleta. Nos guió la bajada al resto para caer en lo alto de la rimaya, porque si te caías ahí, te jugabas una ostia que no veas. Luego bajando por allí por la nieve, con clavijas en la mano para ayudarnos, entre unas grietas descomunales, que si tirabas por allí un autobús se lo tragaba, y haciendo todo tipo de operaciones, medio tirándonos por toboganes a la aventura. Al final llegamos a un muro vertical sin aparente salida, y Guirles se dio dos largos de escalada, con reunión intermedia. Esto se lo comentas a cualquiera y se muere de risa, pero estábamos completamente perdidos en la ventisca. Guirles nos gritó desde arriba que estábamos a salvo, y acabó la historia. Menos mal, porque ya estábamos aburridos de la vida…”







La bajada




Daniel Guirles en una reunión


“En el Refugio de la Charpua, de la gente que había allí, alguien nos regaló una lata de foiegras, y allí metimos los dedos los cuatro, rapiñando como animales. Aunque estábamos muy cansados decidimos bajar hasta Montenvers, a coger el tren. Pero al llegar allí ya no había ni un alma. Así que otra nochecita sin haber comido en el saco de dormir. Por la mañana bajamos en el primer tren. Al llegar a Chamonix nos metimos en una pastelería, y nos comimos todos los cruasanes que tenían con café con leche. La camarera alucinaba.
Justo esa mañana salía un grupo de gente a buscarnos. Gente como el Murciano y el Fraga, que en aquel verano hicieron la Walker, y una gente mayor del Guadarrama, Ángel López y Luis Olaya, que habían llevado a Daniel y a Luiso”.





Tito en uno de los rápeles de la bajada





El trazado seguido

8 comentarios:

Javi L. dijo...

Buenisimo Kiko, qué bien te lo curras! Menuda aventura de los Españolitos Duros!!!

cesarob dijo...

Desde luego ahora somos unos nenazas...

Diego dijo...

Hola:

Pedazo de aventura de montaña de verdad.
Me alucino la historia.
Los felicito por el logro y por la edicion del blog.

Saludos

Anónimo dijo...

Hay que ver que bien sales Dani, parece que los años no pasan para tí. Dejaste la montaña por las luces?

Saludos para todos y enhorabuena a todos!!!!

María
La chispas

El Centinela González dijo...

Yo vi la proyección en los Salesianos y fue alucinante para la época, despues te ves allí con goma cocida, friend y ochos y te acuerdas de las diapos y dices:
Que época vivimos los macarras de barrio.
Crei que el Portilla le habia pegado con la bota al Tronco al caer.

Vakita v.2.0 dijo...

Hola a tod@s!
No se quien es el autor de este blog, pero he de darte las GRACIAS por hacer llegar a las nuevas generaciones esta "batallita" de los UBSA y en esta ocasion en boca del Pipi (Pepe Guerrero).
Realmente estos "gamberros de barrio" hicieron cosas importantes en la escalada, para la época en la que estaban, y que les reconozcan ese mérito ahora a mi me llena de orgullo pues les conozco a todos bastante bien.
Pero a parte de lo que hicieron en la escalada, he de decir que igual que a cabrones no les ganaba NADIE (jajaja), no he conocido mejores personas, con mayor corazón y con unos valores tan buenos como los que tienen todos ellos, y que desgraciadamente, ya no encuentras en la gente. Les admiro muchisimo y les quiero aún más.
Eva Campos (hija de Luiso)
Saludos a tod@s!

Kiko dijo...

Hola Eva, soy el autor del articulo, y yo también hice el libro de la Pedriza: Historia de 32 Sendas....lo conoceras fijo! Gracias por tu comentario. Lo que hicieron esta gente fue escapar del yugo madrileño, y de que manera......y como llegaron a dominar ese otro mundo que existe en la Sierra......tu padre un makina junto a Daniel, no creo que haya existido otra cordada igual, por lo menos en madrid......que vías!!! Saludos

pepe blanco dijo...

hola soy pepe blanco yo fui el compañero de cordada del tronco despues de esta movida estuvimos tres años escalando juntos no he conocido mejor escalador que el tronco le admiraba como escalador y tengo que decir que es la mejor persona que he conocido en mi vida.

PEPE BLANCO

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