Teógenes forever.
Esta es la historia de una época de intrépidos conquistadores.
-Hace 75 años la revista Peñalara publicó un artículo en el que dio a conocer una mole granítica de apariencia inaccesible. Dicha mole se encontraba en el histórico bosque de Pinares Llanos, cerca de El Escorial y el nombre con el que era conocida; Peña Blanca.
-Se conocen muchas leyendas sobre este risco. Quizá una de las más famosas es aquella que cuenta que fue el mismo diablo en persona a depositar una saca de oro encima de la cumbre para tentar a los lugareños más bravos y hacerse con sus almas avariciosas una vez despeñados.
-El primer escalador conocido en probar suerte fue José María Boada. Durante la escalada sufrió una aparatosa caída que le costó una pierna. Hubo muy pocos intentos desde entonces, hasta que el club Peñalara dio a conocer el risco, a través de su revista, a la comunidad de escaladores en 1931. En 1932 a pie del risco se hallaban Villarubia “El Rey de la Sierra” que ya por el mote se sobre entiende que debía tratarse de un escalador bastante bueno. Manolo Pina y el ya recuperado de su accidente J.M. Boada. Los escaladores se vieron rechazados por la dificultad de la escalada y no pudieron llegar a cumbre.
-Poco después Manolo Pina volvió al acecho junto con dos nuevos compañeros. Enrique Herreros y Roberto Cuñat. Se podría decir que esta sería la cordada definitiva debido a la condición de sus integrantes, de los mejores escaladores de la época, pero volvieron a fracasar en su intento de cima. Manolo Pina comenzó a escalar el paso más difícil de la Cara Norte y habiéndolo casi superado tuvo una importante caída que fue parada gracias a la cuerda y una pequeña repisa. Esto evitó que se precipitase hacia el duro suelo del valle.
-En 1933 hicieron el primer intento fallido. Ese mismo año, la cordada de Teógenes se enteró que la cordada de Herreros iba a intentar de nuevo la escalada, por lo que se apresuraron (Teo con su super moto) y llegaron antes que Herreros a Peña Blanca.
El croquis original de 1933
-Como peculiaridad contar que la cordada no quiso llamar a la vía con sus respectivos nombres o con el de algún amigo fallecido en la montaña, como era costumbre en la época. Teógenes y los suyos bautizaron al itinerario abierto como “la vía del pino” fijando en la cima una rama del pino.
-Este pino, que daba nombre a la vía, fue arrastrado a principios de los años 60 por un fuerte torbellino de aire. Entonces Teógenes escribió las siguientes palabas en el semanario escurialense:
“Era como un símbolo de la historia de la Peña Blanca, donde Ángel González un día, descendiendo precisamente por su vía encontró la muerte. Ese pino era la vigía de la Peña, que parecía, cuando nos acercábamos a ella, darnos la bienvenida agitando sus pesadas ramas. […] Las futuras generaciones de montañeros ya no dirán hemos hecho Peña Blanca por la pared del Pino, pues está ahora al pie del risco, abatido y sin vida, arrancado por la fuerza del viento, que con ello tambien ha arrancado un poco de la historia de la Peña Blanca de Pinares Llanos."
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