28 junio 2011

HISTORIA DE LA ESCALADA EN ROCA (1970-1980)

Libre dolomitico de dificultad, con mínimo material necesario (años 70s)









A finales de los años sesenta, el alpinismo y la escalada en roca se hayan en clara decadencia. El artificial es casi la única herramienta para resolver las grandes dificultades, y el recurso del buril parece cerrar las puertas del futuro.
Pero entre los indignados y detractores de esta “carretera cortada” se haya nombres como los que vamos a destacar:





Reinhold Messner

El cambio de década le lleva a revitalizar el espíritu de la escalada libre, y preconiza una vuelta a la misma con el mínimo de material necesario (en aras de no dañar la roca), y, en la medida de lo posible, dando la espalda al “fácil” recurso del artificial. Para ello es estrictamente necesario un entrenamiento metódico y riguroso. Estamos ante los albores del VII grado.
Sus tesis son criticadas, como suele ser habitual, por la masa mediocre e incrédula, esa que siempre yace estancada en las comodidades del momento.




Reinhold Messner junto a Peter Haber en los años 70




Ambiente de la ruta Messner al Sass dela Crusc






Enzo Cozzolino

Escalador de Trieste que también rechaza la inclusión y uso del buril como elemento de la escalada en roca, minimalista en cuanto al uso de material en las paredes, y también otro de los precursores del movimiento “free/clean”. Resuelven uno de los grandes diedros de los Dolomitas, el de la cara norte del Piccolo Mangart de Coritenza, y además otras grandes vías como la de la cara oeste de la Busazza, de VI inf, 900m de desarrollo, y tan solo 8 pitones.







Enzo Cozzolino









El evidente diedro del Piccolo Mangart










Pierre Chapoutot

Bretón afincado en la Savoia, que abre dos espectaculares vías de escalada libre en el macizo de los Ecrins, y en impecable estilo: el Espolón central del Tercer Dent de la cara Sur de la Meije, con escasos seguros entre largos, y la ruta a la cara norte del Pic Sans Nom.






Chapoutot en Fontainebleu








La ruta al tercer diente de la Meije









El trazado al Pic Sans Nom


















Otras actividades relevantes de estos primeros años 70s son, por ejemplo, la cara sudeste de la Punta Gugliermina, a cargo de Adrezej Mroz, un escalador de los Tatras exiliado político en Paris; o el bello y esbelto pilar oeste del Scheideggwetterhorn, abierto por Jurgen Von Känel y compañeros.







Andrezej Mroz









En verde la ruta de la Gugliermina













El trazado del Pilar oeste del Scheideggwetterhorn














Jean Claude Droyer y el Verdon

En estos primeros años de la década, en los bellos cañones calizos del Verdon, Francia, se produce un vertiginoso salto cualitativo. Se pasa casi de golpe de abrir rutas en artificial, a hacerlo con fisureros y en libre. Ello se debe no solo al tardío descubrimiento de sus impresionantes posibilidades naturales para la escalada, sino también a la influencia que el escalador Jean Claude Droyer imprime a la zona tras sus recientes viajes a Inglaterra y Yosemite. Abrir y escalar rutas en libre y eliminar puntos de progresión (A0 y demás pasos aislados de las vías). Algo que ya se intenta desde hace tiempo en las pequeñas rutas locales, pero que a partir de estos años se intenta realizar en grandes rutas. Como ejemplo Droyer “libera”, y en solitario, vías como la Directa Americana del Dru o la Comici de la Cima Grande.








Los cañones calizos del Verdon













Jean Claude Droyer




Los contactos con escaladores angloamericanos se intensifican, y empieza a cuajar bastante bien con las crecientes necesidades de los escaladores de punta en Alpes, cansados de rebajar horarios como único aliciente en las grandes clásicas.


Otro de los pioneros seguidores de la filosofía free/clean en el macizo del Mont Blanc será P.Cordier, que abre, práctica y exclusivamente con fisureros, una bellísima ruta en la Aiguille du Roc conocida como Pilar Cordier, la primera limpia del lugar.





Escalador ingles de mediados de los 70s









El Pilar Cordier






La escalada deportiva o francesa

Y es justamente en este momento de máxima innovación y revitalización de la escalada libre, cuando surge la derivación de los conceptos de la hoy conocida como “escalada deportiva” o escalada francesa.
El caso es que debido a la dificultad y peligrosidad que representaba el abrir nuevos itinerarios bajo esta nueva tendencia del free/clean, grupos de escaladores franceses comienzan a poner en práctica una nueva técnica en las escuelas locales. El Verdon sirve también de punto de arranque para este movimiento.

Se trata de descolgarse desde lo alto e ir colocando los seguros necesarios con antelación a la escalada. De esta manera se pretende (y de hecho se consigue) facilitar y acelerar el aumento del grado de la escalada libre, ya que para abrir itinerarios de dificultad extrema desde abajo se necesita gran pericia y exposición. El buril y el spit, concebidos como medio excepcional para superar dificultades puntuales (y aun así gran fuente de controversias), se comienzan a utilizar de un modo completamente diferente.

Lo que nace como un medio de entrenamiento, pronto se trasformará en una filosofía en si misma. Se da por hecho que no se puede forzar más dificultad desde abajo, y se origina una derivación del espíritu original de la escalada en roca. La potencial e inminente exportación esta técnica de escuela a riscos mayores, o incluso a grandes paredes, gesta la gran confrontación con la actividad madre. Se piensa, y acertadamente, que el concepto de unos cuantos no puede ni debe alterar el estado natural de la montaña, y máxime si en ese terreno son capaces de desenvolverse otros más respetuosos, con la demostrada seguridad de los materiales limpios.

Sin embargo, con estos “adelantos” que permiten y facilitan la evolución del grado en escalada libre, Francia entra por fin en la historia de la dificultad en roca. Bajo sus conceptos logran una hegemonía total en esta disciplina. Es saciada así su tradicional necesidad de orgullo. Junto a este nuevo modo de hacer, también se sacan de la manga una modificación a la graduación, consistente en subdividir el VI con letras a, b y c…


Aunque la deportiva de escuela triunfa y se extiende rápidamente por toda Europa continental, en otros países como Alemania, Austria o Italia, con unas raíces mas profundas en la escalada de dificultad auténtica (Preuss, Dulfer, Comici, Micheluzzi, Vinatzer, Detasis, Rebitsch o Messner…), siguen insistiendo en forzar los limites desde abajo, y lo mas limpiamente posible.
Es el caso de Reinhard Kart y Helmut Kiene en el Wilder Kaiser. Allí fuerzan una salida en libre con fisureros (llamada “Pumprisse”), por el impresionante pilar que hay a la derecha de la Retbisch del Fleischbank. Seis largos y primer VII oficial clásico de la historia alpina.




Paño de la Pumprisse al Fleischbank










Val di Mello

También a Italia llegan las influencias de la nueva escalada libre y limpia, y los herederos de Comicci, Bonatti, Messner y Cozzolino encuentran su campo de juego en el bello e incomparable granito del Val di Mello, plagado de fisuras y placas de adherencia.
Allí, los escaladores locales se mantienen fieles a sus tradiciones e imponen el “desde abajo” como único método de apertura. El lugar se transforma en la meca del free/clean europeo. Algunas rutas quedan realmente expuestas al ser muchas de sus placas imposibles de asegurar, pero aun así, los escaladores locales no están dispuestos a mancillar su medio con las nuevas técnicas francesas, que entienden como una agresión y rapiña del terreno y de la roca.

Rutas como la “Océano Irrazionale”, cercana al VII, abierta por Ivan Guerini y Villa, o “Luna Nascente” a cargo de Antonio Boscacci, Ghezzi y Millán, o también “Polimago” de Paolo Masa y Jacopo Merizzi, son quizá los mejores ejemplos del momento.






Ivan Guerini







La parte baja de la Oceano Irrazionale










Antonio Boscacci abriendo en placa









El trio aperturista de la Luna Nascente
















El Free/Clean en Dolomitas

En los Dolomitas, sin ser ajenos a la naciente escalada deportiva, diversos grupos de escaladores locales se muestran fervientes a la hora de mantener sus éticas tradicionales, y mas allá de ser impresionados por las potentes “liberaciones” de Droyer, Livesey y compañía (como la Cassin de la Cima Ovest o la Bradler-Hasse de la Roda di Vael, y para las que se aseguran a todo el material fijado en la apertura), los jóvenes locales vibran más en conexión con el nuevo movimiento del Free/Clean.

Allí desarrollan su actividad grupos de escaladores como el capitaneado por Heinz Mariacher, destacados abanderados de esta innovadora corriente del Libre/Limpio, un movimiento que para ellos es moderno y tradicionalista al mismo tiempo. Su teatro de operaciones es una gran tapia, la Marmolada de Ombretta.




Heinz Mariacher





El grupo de Mariacher





Sin embargo, el máximo exponente del momento se llama Mauricio Zanolla “Manolo”. Manolo establece el primer VII dolomítico en pared, la via dei Piazaroi en la cima de la Madonna. O la impresionante “Supermatita”, también VII, de 1200m de desarrollo en el Sass Maor, entre la Solleder y la Biasin, toda asegurada con figureros excepto 7 clavijas!!...


Maurizio Zanolla "Manolo"





La Supermattita al Sass Maor







La Cima della Madonna



























































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