08 julio 2008

To bolt or not to be

ÍNDICE
  1. Prólogo
  2. Prefacio
  3. Introducción
  4. Preámbulo
  5. Acondicionamiento de las rutas de escalada en roca
  6. Primera ascensión a las rutas de escalada en roca
  7. Comentarios desde el “extranjero”
  8. Artículos del boletín de la Unión Internacional de Asociaciones de Alpinismo (UIAA) “Montañas de hierro y acero”
  • Carta del presidente
  • El concepto de escalar por placer
  • La clavija podrida y el síndrome del perno
  • La absoluta libertad de escalar versus la seguridad y la prevención de los accidentes de montaña




PRÓLOGO

Muchos montañistas y escaladores consideran nuestra actividad como un deporte libre, en otras palabras, como un deporte exento de reglas y regulaciones, pues disponemos de total libertad para practicarlo donde queramos, cuando queramos y con quien queramos. Pero esto no es totalmente cierto. Disponemos de nuestro propio código ético y de comportamiento en las montañas, que toma en consideración las cuestiones medioambientales y respeta a las personas relacionadas con nuestro deporte. De todas formas, no se trata de normas propiamente dichas, si no más bien de conceptos que han sido adoptados por la mayoría de nosotros a lo largo de los años y que han funcionado y se han respetado desde hace mucho tiempo.

El debate moral entre montañistas y escaladores sobre la necesidad de emplear técnicas de protección se ha prolongado a lo largo de los años y estoy orgulloso de que la Comisión de Alpinismo de la UIAA, junto con los Clubs Alpinos de Austria y Alemania, hayan aclarado estos conceptos en beneficio propio. Esperemos que esto permita, tanto a los escaladores que están a favor de los bolts, como a los que tienen una visión más purista y renuncian al uso de cualquier tipo de protección, encontrar un camino en común.

Como sociedad tolerante que somos, espero que estas sugerencias sirvan de preludio a un compromiso satisfactorio que podamos poner en práctica en el futuro.

¡Buena escalada!

Ian McNaught-Davis, Presidente de la UIAA










PREFACIO




Vosotros, los que estáis en camino
debéis tener un código
por el que regiros
y ser vosotros mismos,
porque el pasado
es sólo un simple adiós.

Graham Nash



El mensaje que transmite la popular canción “Teach” de Crosby, Stills, Nash & Young, proporciona el marco ideal para poner en práctica este documento. Las "Recomendaciones sobre el acondicionamiento y las primeras ascensiones a las rutas de escalada en roca en las regiones alpinas" se basan en el principio de la participación voluntaria. Representan un compromiso entre las facciones que defienden y las que se oponen al uso de bolts, y en el futuro reorientarán las guías relacionadas con la "montaña".

Han colaborado en la edición de este proyecto:

Stefan Beulke, Asociación alemana de guías de montaña
Alexander Huber, escalador profesional
Nicholas Mailänder, Club Alemán Andino (DAV)
Andreas Orgler, guía de montaña y escalador
Robert Renzler, OeAV
Karl Schrag, DAV
Pit Schubert, Comisión de seguridad del DAV


Me gustaría darles las gracias, y en especial a Nicholas Mailänder por representar el papel de “rector espiritual” del grupo, por el entusiasmo y perseverancia que mostraron durante las interminables discusiones. Muchas gracias también a Michael Olzowy, presidente de la sección de DAV de Bayerland, por organizar dos debates públicos sobre este tema y reunir a escaladores destacados procedentes de varios países e incluso a celebridades como Reinhold Messner.

Robert Renzler
Presidente de la Comisión de Alpinismo de la UIAA, Coordinador del proyecto.










1. INTRODUCCIÓN


El presente documento se ha elaborado en respuesta a las múltiples peticiones procedentes de asociaciones de montañismo nacionales sobre el uso del equipo fijo. Las opiniones con respecto a este tema son contundentes (véase el boletín 3/98 de la UIAA "Montañas de hierro y acero"). Algunas organizaciones comenzaron a preocuparse por el hecho de que a falta de un claro consenso entre montañistas y escaladores, otras instituciones intentaran regular nuestras actividades. En algunas regiones alpinas las discusiones más importantes surgen entre los que escalan por “placer” y los “puristas”, o sea, aquellos que defienden un estilo de montañismo y escalada más tradicional. Dichas discusiones se han estancado en un círculo vicioso en torno a la eliminación de bolts, la recolocación de bolts y las posteriores eliminaciones de bolts, de determinadas rutas.



En 1998, y a petición de la Comisión de Alpinismo de la UIAA, los Clubes Alpinos de Alemania y Austria, que ya discutían sobre este tema, formaron un grupo de trabajo para elaborar el borrador de un documento que recogiera las distintas posturas al respecto. El grupo de trabajo tuvo en consideración un amplio espectro de puntos de vista. Además, presentó datos sobre el uso de bolts en la cordillera del Mont Blanc en reuniones como la que celebró el 12-13 de noviembre de 1998 en Chamonix la Escuela Nacional de Esquí y Alpinismo de Francia (ENSA).

Acto seguido el documento se presentó en el International Winter Climbing Meet and Seminar (Seminario y Encuentro Internacional de Invierno de Escalada) de 1999 que se celebró en Aviemore, Escocia. A este encuentro acudieron más de 100 escaladores procedentes de 28 países, que aprobaron unánimemente el escrito. El documento apela a los escaladores del mundo entero a tener en cuenta sus conclusiones para que pueda establecerse un consenso firme, basado en las buenas prácticas y en la plena libertad para continuar de forma protegida con nuestras actividades.

El documento fue finalmente aprobado por el Consejo de la UIAA en mayo del 2000, durante la reunión que se celebró en Plas y Brenin, en el País de Gales.








2. PREÁMBULO



  • Escalar es un deporte muy popular, que se caracteriza por establecer relaciones humanas perdurables, en contacto directo con la naturaleza y la intensidad de una actividad física. También es un factor estabilizador para muchas personas a las que les proporciona un sentido. Desde el punto de vista sociopolítico, la escalada contribuye en favor de la salud pública contrarrestando los efectos de una falta de actividad física. Además los sicólogos y educadores reconocen que escalar al aire libre fomenta rasgos positivos como la confianza, el sentido de la responsabilidad y el trabajo en equipo.

  • Escalar montañas proporciona sobretodo a la gente joven, la ocasión de desarrollar el sentido de la responsabilidad, más o menos acusada, en función del estilo de escalada. El grado de responsabilidad que exige cualquier escalada depende del nivel de protección que proporcione la ruta: las rutas de escalada en roca con poca protección requieren un grado de responsabilidad elevado por parte del escalador para garantizar su propia seguridad y la de su compañero de equipo.

  • El libre acceso a las zonas alpinas es un derecho fundamental, unido al respeto por los entornos naturales. Las posibilidades de poner en práctica el deporte de la escalada en roca sólo pueden garantizarse si el derecho a la libertad de movimientos permanece intacto y sólo se restringe en casos aislados y justificados en los que sea absolutamente necesario llegar a un acuerdo.

  • Al igual que el excursionismo, la escalada en las cordilleras altas y bajas representa un factor económico importante para Europa. Para la economía de muchas de estas regiones montañosas, los escaladores y los miembros de sus familias que viajan con ellos ofrecen un importante nivel de ingresos, tanto para el catering de las zonas que visitan, como para los comercios detallistas afines.

  • En el presente documento las medidas de acondicionamiento hacen referencia a la ubicación de las medidas de protección en las rutas de escalada en roca, en relación con los estándares de seguridad técnicos actuales.






3. EL ACONDICIONAMIENTO DE LAS RUTAS DE ESCALADA EN ROCA


La evolución de la escalada en las cordilleras bajas, así como en las zonas bajas de las cordilleras altas, ha propiciado que muchos escaladores despierten el gusto por las rutas divertidas o las rutas bien protegidas. Un gran número de escaladores alpinos prefieren disponer de bolts apropiados y aseguradores en las rutas de escalada en roca más populares.

Por otro lado, otra buena parte de los escaladores que frecuentan las montañas están interesados en preservar el espíritu original de las zonas y rutas de escalada en roca, y prefieren escalar sin bolts o cualquier tipo de protección parcial o total.



La variedad y calidad del equipo de las rutas de escalada en roca, que disponen de sistemas de protección fijos, es uno de los factores que incide en su popularidad: las rutas bien protegidas se frecuentan con mayor medida que las menos protegidas. Por lo tanto, es importante que en las zonas ecológicamente sensibles se reduzcan los sistemas de protección fijos a la mínima expresión, mientras que las áreas menos susceptibles permiten la práctica asidua de la escalada mediante el desarrollo de rutas de escalada en roca bien protegidas. Las áreas de escalada que se crean bajo estas directrices no suponen ningún peligro para el entorno natural.

El pluralismo en cuanto a los diferentes tipos de escalada es positivo y se considera una expresión de las legítimas preferencias de los escaladores. Para permitir este tipo de pluralismo les facilitamos las siguientes recomendaciones:


a) Las medidas de acondicionamiento deben ceñirse a una selección de rutas de escalada frecuentes.

b) Algunas zonas alpinas, montañas o partes de montañas pueden quedar al margen de estas medidas con el objetivo de preservar su espíritu original.

c) Las rutas de escalada en roca que representan un hito en la historia alpina (como, por ejemplo, la cara norte del Eiger por la ruta Heckmair, el Lalidererverschneidung, el espolón sur de la Marmolada, Pumprisse, el espolón Walker de las Grandes Jorasses, la cara norte del Dru, la travesía del Grepon o Meije), deben preservarse en su estado original. Este principio es igualmente válido para las rutas de escalada en roca que gozan de una determinada importancia local (p. ej.: Gelbe Mauer Direct en el Untersberg, Battert Crack en el Gehrenspitze).

d) Un principio básico del acondicionamiento de las rutas de escalada en roca se basa en mantener intactas las características de una ruta:


  1. La línea de primer ascenso no debe alterarse.

  2. No deben colocarse bolts en las rutas y zonas que se escalaron de forma “limpia” en la primera ascensión (mediante el uso de cuerdas, friends, roscas, etc.).

  3. Tampoco deben colocarse bolts en las secciones de la ruta que los escaladores que pertenecen a su misma categoría escalan de forma limpia.

  4. Las rutas poco protegidas no deben neutralizarse con bolts adicionales (no vaya por el borde de una ruta poco protegida).

  5. Las medidas de acondicionamiento no deben modificar la dificultad de una ruta. Los pasajes de ayuda que dejaron los primeros ascensionistas deben continuar practicables después del proceso de cambios. El nivel de protección permanente de una ruta acondicionada debe ser inferior al número de dispositivos colocados originalmente, por ejemplo, numerosos pitones regulares pueden sustituirse por un simple bolt.

  6. Para acondicionar cualquier ruta sólo puede utilizarse el material que cumple con las normas de la UIAA y las normas europeas. El acondicionamiento debe llevarse a cabo según las normas establecidas y bajo los auspicios de la organización responsable.

  7. El acondicionamiento de cualquier ruta no puede llevarse a cabo sin la aprobación de los primeros escaladores.


e) El método correcto para acondicionar una zona de escalada, basándose en estas recomendaciones, se lleva a cabo mediante los conocimientos de los escaladores de la zona y de los grupos de escalada locales, y en caso necesario, en cooperación con las autoridades responsables. Las autoridades que tienen el poder de decidir en relación con las garantías de ámbito local dependen de su propio carácter.

Las actividades de las organizaciones responsables locales se coordinan mediante un comité supraregional para garantizar el flujo de información vertical y horizontal, así como un nivel de calidad de administración uniforme. El comité actúa como mediador en caso de conflicto.










4. LA PRIMERA ASCENSIÓN A LAS RUTAS DE ESCALADA EN ROCA


a. En las regiones alpinas, las primeras ascensiones debe realizarse exclusivamente con guías (no prefijadas desde arriba).

b. En las zonas exentas de medidas de acondicionamiento los pernos deben limitarse lo máximo posible, ya que en caso contrario es responsabilidad del primer escalador establecer el estándar de protección de la ruta.

c. No se debe subvalorar el espíritu de independencia de las rutas adyacentes.

d. En las zonas próximas a los valles o en otras partes accesibles de las montañas, pueden establecerse áreas especiales para escalada, siempre y cuando esto se lleve a cabo respetando el medio ambiente y sin menoscabar los méritos de las zonas de escalada previamente establecidas. Estas medidas deben ser aprobadas por la organización responsable de la administración de la zona.









5. COMENTARIOS DESDE EL "EXTRANJERO"


Steve Davis
Director del Club Alpino Americano (Alaska)

He leído la ponencia To bolt or not to be y la encontré muy acorde con las directrices básicas del American Alpine Club (AAC), de su delegación en Alaska y, lo más importante, de la comunidad de escaladores de Alaska. Describe una política internacional a la que apoyo de todo corazón. Estas directrices se utilizan tanto en las cordilleras alpinas de Alaska, como en las zonas de escalada locales. Nuestras más sinceras felicitaciones a Robert Renzler y a los miembros de la Comisión de Alpinismo de la UIAA, por adoptar esta postura a lo largo de estos últimos años y conseguir la colaboración de escaladores de la talla de Reinhold Messner y Alex Huber.


Yvon Chouinard

He leído la ponencia y estoy de acuerdo con ella. Más que eso, me parece simplemente ¡fantástica! Buen trabajo. Me gustaría de paso agradecerles todo el trabajo que llevan a cabo por la escalada. Soy consciente del tiempo y esfuerzo que esto conlleva.


John Middendorf

He leído y estoy de acuerdo con el artículo sobre la sujeción con bolts. Curiosamente, John Bachar escribió tiempo atrás, en 1987, un artículo llamado “Coexistence rules” (Las reglas de la coexistencia) en el que ya postulaba a favor de los mismos principios de respeto entre el pasado y el desarrollo de zonas específicas de escalada. Celebro los esfuerzos que se llevan a cabo para mantener el estándar “tradicional”, ya que ayudan a los deportes de escalada a obtener el reconocimiento que se merecen.










6. ARTÍCULOS DEL BOLETÍN DE LA UNIÓN INTERNACIONAL DE ASOCIACIONES DE ALPINISMO (UIAA) “MONTAÑAS DE HIERRO Y ACERO”

Carta del presidente Ian McNaught-Davis:




El 1 de Julio de 1936 un importante grupo de alpinistas alemanes se propuso escalar la cara oriental del Tryfan, una montaña situada al norte del País de Gales. Al encontrar que las rutas estaban por debajo de su nivel, se percataron de una sección de roca que no había sido escalada previamente. Ese mismo día, Hans Teufel, Heini Sedlmayr y J.R. Jenkins marcaron un hito en la historia del alpinismo británico. Abrieron una nueva ruta, bastante ardua, a la que bautizaron con el nombre de Munich Climb (Escalada Munich), y en la que colocaron tres pitones que llevaban consigo. Los miembros del alpinismo británico no vieron con buenos ojos su actuación ya que, por aquel entonces, estaba totalmente prohibido emplear material de hierro en las exploraciones de riscos. Menlove Edwards, uno de los miembros del club de alpinismo, al ver un mosquetón y un pitón de bronce perfectamente visibles, se lo tomó como un desafío. Dos semanas más tarde escaló la ruta sin ayuda artificial alguna y extrajo los ofensivos pitones con el atizador de una cabaña del club de alpinismo cercana. Jamás volvieron a sustituirse a pesar de que, por muchos años, fue la peor ruta de acceso a la montaña y en ella se produjeron numerosos accidentes mortales hasta que las técnicas de protección modernas se fueron desarrollando.

Esta actitud de rechazar el uso de pitones y bolts en los riscos de alta montaña ha constituido una práctica muy habitual en Gran Bretaña, por lo que resulta difícil encontrarlos hoy en día. La acogida de esta práctica, así como el hecho de que aumentan las dificultades en las escaladas, es algo sorprendente que ha propiciado acalorados debates sobre cuándo es lícito utilizar equipo fijo. En la mayor parte de los precipicios de alta montaña de Gran Bretaña puede escalarse sin encontrar apenas huellas de un alpinista que haya hecho previamente esa misma ruta. Las hileras de pitones, los cómodos bolts en posición de asegurar o los puntos de descenso fijos son inexistentes. Si tenemos en cuenta el elevado número de alpinistas de hoy en día, es lo más cercano a una experiencia natural que se puede vivir.

Dos consecuencias se derivan de esta ética. En primer lugar, deben desarrollarse nuevos métodos de protección fijos no dañinos para la roca. En un principio se utilizaban guijarros o pequeños trozos de roca que se metían en las grietas ensartados con un hilo nylon. Era una práctica ardua que requería mucho tiempo y trabajo. Durante los años 60 y 70 se inventaron las cuñas que podían ensartarse en anillas y por último los empotradores metálicos y los friends, hoy en día componentes habituales del equipo de cualquier alpinista.





Gran parte de las rocas eran de granito duro o cuarzo con prácticas grietas que facilitaban una buena protección. Este sistema no funciona demasiado bien en rocas blandas, como las de piedra caliza o arenisca, ni en las rutas alpinas en las que resulta imposible escalar sin la ayuda de pitones. La técnica que utilizaban la mayor parte de los alpinistas británicos con pocos recursos, consistía en escalar las rutas más conocidas y apoderarse del mayor número posible de pitones, que luego utilizaban al escalar rutas nuevas o difíciles o como puntos de descenso fijos. El martillo era una herramienta indispensable para cualquier aspirante a alpinista, aunque sólo fuera para formar parte de su stock de herramientas.

Los debates sobre estas cuestiones han protagonizado los últimos sesenta años y estos últimos cinco se han agravado con motivo de la presión actual por proteger nuestras montañas de los crecientes daños que les inflingen los excursionistas, escaladores, alpinistas y montañistas (sin por ello olvidarnos de los esquiadores).

Los temas a tratar son graves y las cuestiones a debatir son muchas:

¿Tienen los alpinistas derecho a clavar los pitones y los bolts de forma aleatoria en cualquier risco, montaña o reserva nacional que elijan y sin tomar en consideración el daño medioambiental que pueden llegar a ocasionar?

¿Deberían equiparse las rutas tradicionales y más comunes con bolts, clavijas y montantes, etc. con la excusa de que proporcionan más seguridad o de que facilitan y agilizan el trabajo a los grupos guiados?

¿Resulta conveniente dejar estas rutas sin protección para revivir las sensaciones de la primera ascensión lo máximo posible, así como el aura de emoción y descubrimiento que suele normalmente acompañar a cualquiera ruta improvisada?

¿Conforme la corrosión se apodera del equipo instalado (imprescindible para lograr escalar la ruta) y éste se convierte en peligroso, debería sustituirse por bolts con protección anticorrosión o deberían los alpinistas esforzarse en utilizar, a ser posible, empotradores y friends?

¿Debería permitirse a los responsables de los refugios de montaña que se encarguen de equipar las rutas clásicas para promocionar sus refugios? (¿Quién debería encargarse a su vez de controlarlos?)

¿Quién es el responsable cuando se producen fallos en los sistemas de protección fija: la persona que los instaló, los patrocinadores o la federación nacional que respaldó la política de acondicionamiento?

¿Es posible conseguir una política internacional fiable o debe permitirse a cada país establecer sus propias normas al respecto?

Estos son algunos de los temas que se discutirán en la próxima Asamblea General de la UIAA que se celebrará en octubre. Aunque no logremos encontrar solución a todos los problemas, espero que podamos progresar, aunque sólo sea un poco, en la futura protección de nuestras actividades.

En resumen, la calidad de una escalada no guarda relación alguna con la forma como se lleva a cabo.





EL CONCEPTO DE ESCALAR POR PLACER



Una entrevista con Jürg von Känel más una introducción de "Die Alpen" 4/1998", la revista del Club Alpino Suizo. El editor agradece que, tanto el Club como Jürg von Känel, hayan accedido en la reimpresión de este artículo, abreviado por el mismo editor.


La "escalada por placer" se ha convertido en todo un concepto, por lo menos en Suiza. Otros países, como por ejemplo Francia, también cuentan últimamente con algunas zonas de escalada con equipos fijos que cumplen con los "criterios de placer". Cada vez son más populares y atraen a la mayoría de mujeres y hombres escaladores, a quienes gusta disfrutar sin preocupaciones del deporte de escalar en plena naturaleza. Este tipo de escalada suple la necesidad de un deporte de masas y, sin lugar a dudas, su popularidad irá con el tiempo en aumento.







Diferentes puntos de vista

Es exactamente este tipo de popularidad “generalizada” de escalada segura, lo que ha provocado que sus detractores salten al ruedo. Se lamentan, en parte con argumentos propios de la antigua filosofía alpina “heroica” de tiempos pasados, que escalar se han convertido en “un deporte popular estándar para toda la familia”.

Desde este punto de vista y desde el punto de vista de la seguridad, las rutas acondicionadas se convertirán indiscutiblemente en un pecado para la ética de la montaña, mientras que el uso de material de seguridad y bolts, en un instrumento en favor de los intereses turísticos y de las empresas que se dedican a los deportes de escalada, incluso en un riesgo para el medio ambiente.


Jürg von Känel, fundador del concepto de placer

Jürg von Känel es guía de montaña y autor de diversas guías. Ha realizado primeros ascensos en un tiempo récord. Además, ha sido uno de los primeros en constatar el interés creciente por los deportes de escalada y por tanto, la necesidad de crear áreas de escalada específicas para los adeptos a la escalada por placer. Al margen de sus selectivas guías de escalada, ha desarrollado nuevas rutas para quienes escalan por placer y ha ayudado en el acondicionamiento de otras muchas rutas. El éxito de sus guías y el interés creciente de los escaladores por este tipo de rutas, son un claro ejemplo de la enorme popularidad de que gozan las zonas aptas para la escalada por placer que presenta en sus libros. Por otro lado, hay una tendencia general a escalar cada vez menos las rutas mal equipadas, lo que podría considerarse como una "votación con el pie".



Conversación con Jürg von Känel

La demanda de escalada por placer


ALPEN: En la introducción ya hemos visto el significado del término escalar por placer. ¿Cuáles son las demandas de los hombres y las mujeres que practican este tipo de escalada en cuanto al equipo y, más concretamente, en cuanto a la seguridad?

JvK: Las demandas han aumentado estos últimos años. Pero esto no quiere decir que los escaladores exijan un mayor número de puntos de protección fijos, sino que guarda relación con la forma de instalar estos puntos y el nivel de seguridad que proporcionan. La gente quiere bolts situados a distancias regulares, acordes con el grado de dificultad de la ruta, y dispuestos con el objetivo de evitar el riesgo de posibles daños en caso de caída. Por último, deben ser fáciles de sujetar (incluso para las personas de poca estatura) y no deben tirar innecesariamente de las cuerdas.

La escalada por placer: su importancia en cifras y en concepto de aventura

ALPEN: ¿Dispone de alguna cifra estimativa de los escaladores que escalan por placer y prefieren rutas completamente equipadas, con respecto a los escaladores que van en busca de aventura y prefieren correr riesgos o incluso los buscan?

JvK: Las rutas mal equipadas o de forma inadecuada se escalan cada vez menos, o incluso ya no se han vuelto a escalar, mientras que, por otro lado, las zonas de escalada por placer son muy populares. Esto nos lleva a la conclusión de que el grado de placer que comparten los escaladores es muy importante. En los niveles altos prácticamente sólo se encuentran rutas perfectamente equipadas, de lo que deduzco que entre el 90 y el 95% de los escaladores prefieren las rutas bien acondicionadas. Y no me refiero necesariamente a los viajes organizados para escalar (sobretodo los viajes combinados).

Si de lo que hablamos es de buscar "aventura", debemos tener en cuenta que este término puede definirse e interpretarse de diferentes formas. Algunos consideran una aventura apasionante el hecho de escalar a una distancia de dos metros desde el último bolt; mientras que para otros, por mucho que escalen una columna de hielo inestable o una estalactita colgante insegura no lo consideraran el último grito en “aventuras emocionantes".

Supongo que la mayoría de los que escalan por placer están dispuestos a experimentar algo de aventura, siempre que implique un riesgo calculado, pero que no aceptarían conscientemente el riesgo de hacerse daño o exponerse a una situación de riesgo para su vida. Y estas situaciones pueden surgir fácilmente en una ruta que no está correctamente protegida.



Las críticas

ALPEN: A menudo surgen opiniones en contra de la evolución de la escalada por placer y por diferentes motivos. Las críticas proceden de los escaladores "amigos de la adrenalina" que van en busca de aventura y para los que, en su opinión, las rutas deberían contar con las mínimas protecciones fijas. Alegan consideraciones de carácter ético y consideran en cierta manera a los que escalan por placer como "lisiados mentales". También son los defensores de argumentos medioambientales. Su principal interés parece consistir no sólo en impedir que crezca el número de los que practican la escalada por placer, sino en disminuirlo.

¿Qué opina de estas críticas y cuán relistas son sus demandas desde su punto de vista?


JvK: Los escaladores radicales son poco críticos. Se identifican por apreciar un grado de protección óptimo, de otro modo el deporte de escalada no hubiera jamás conseguido el nivel de popularidad actual. Unos pocos "intrusos" parecen ser la excepción. Quieren mantener el montañismo y las áreas de escalada para ellos solos y les gustaría compartir las montañas sólo con aquellos que comparten sus mismas ideas de “aventura”. Mediante la táctica de concentrar en determinadas zonas a los que escalan por placer, pretenden mantener sus cotos de caza para ellos solos.

Al mismo tiempo, y sobretodo en Alemania, son los defensores del montañismo conservador que está en contra de una protección adecuada de las rutas. Mientras todas las partes se esfuerzan sobremanera por romper los viejos pitones, critican el concepto de protección de Suiza, que catalogan de excesivo e innecesario, mientras que por otro lado discuten largo y tendido sobre cómo acondicionar el equipo fijo en Austria. Esta forma de adoptar posiciones estratégicas, basadas principalmente en la propia "ética", siempre ha existido en el montañismo con argumentos similares: primero el uso de pitones, luego los bolts y por último el enfrentamiento entre las diferentes modalidades de deportes de escalada.

Algunos no toleran una protección correcta con equipo fijo, ya que se consideran a sí mismos como los máximos exponentes del "auténtico montañismo".

En cuanto a los razonamientos medioambientales los considero temas cuestionables. Tan sólo aquellos que gozan de la naturaleza, son capaces de experimentar su belleza y desarrollar sensibilidad al respecto. Nadie que no conozca la naturaleza se encargará de protegerla. A veces, uno tiene la sensación de que los problemas medioambientales se utilizan como excusa para dificultar a los que tienen una visión de la aventura menos elitista, el acceso al montañismo y a la escalada. Excluir a los que escalan por placer para que las montañas vuelvan a pertenecernos, me parece un punto de vista más bien egoísta. Pero si con ello se consiguiera ayudar a las zonas montañosas, sería conveniente planteárselo seriamente.


El camino despreocupado a la cima

ALPEN: Los rocódromos indoor son cada vez más populares. El número de personas que aprende a escalar en estas paredes y, que por lo tanto, no se familiariza con el uso de métodos de protección, como los friends, cuerdas, pitones, etc., es cada vez más importante ¿Qué opina al respecto?

JvK: El hecho de no tener que llevar consigo ningún tipo de protección móvil es lo que permite el camino despreocupado a la cima: el placer de la experiencia consiste en escalar sin friends ni mochila. Para utilizar este tipo de métodos de protección se necesita experiencia y, aún así, jamás ofrecen el mismo nivel de seguridad que una ruta equipada con bolts.

Una ruta acondicionada con equipo fijo ofrece a un principiante la oportunidad de concentrarse por completo en sus movimientos. Más adelante, cuando haya adquirido un mejor sentido de la seguridad, probablemente querrá aprender cómo protegerse mejor por sus propios medios. Este tipo de rutas siempre existirá. En un futuro próximo, las guías de escalada por placer incluirán rutas que permitan aprender los métodos de protección desmontables adicionales. Sería interesante descubrir si existe en la actualidad una demanda real para este tipo de información.





Última pregunta

ALPEN: ¿Le gustaría añadir alguna pregunta a esta entrevista o comentar algún aspecto en concreto que le gustaría enfatizar?

JvK: Por supuesto, una entrevista no puede abarcar todos los puntos de vista. Todavía quedan muchas cosas pendientes que comentar, que diferenciar o que relacionar. En resumen, tengo la impresión de que los defensores de la escalada por placer, que proporciona cada vez más placer a un número creciente de personas, no gozan de voz propia. Se presta demasiada atención a las cuestiones relacionadas con el equipo fijo y se dejan de lado las necesidades de las personas. La enorme popularidad de las zonas de escalada por placer es una prueba de que una vasta mayoría busca disfrutar de una experiencia de escalada en rutas seguras y dotadas de equipo fijo.



La escalada por placer hace referencia a las rutas que cumplen con determinados criterios, aunque la definición de este tipo de escalada no sea muy precisa. Son rutas bien acondicionadas que cuentan con puntos de seguridad fijos (casi siempre bolts), por lo que los métodos de seguridad adicionales son raramente necesarios. Normalmente son de roca sólida y el grado de dificultad es entre bajo y medio.







THE ROTTING PEG AND BOLT SYNDROME (LA CLAVIJA PODRIDA Y EL SÍNDROME DEL PERNO)


K.J. Wilson
Baton Wicks Publications
Inglaterra


En mi opinión, Pit Schubert y la UIAA buscan un nuevo mandato para sustituir el viejo equipo por uno nuevo, o por lo menos descubrir los sentimientos de la gente antes de emprender alguna acción.

A primera vista, la solución de Schubert (que actualmente se utiliza en los riscos de los Alpes orientales) parece lógica y responsable, pero ¿lo es acaso en realidad?.






Si nos decantamos por colocar equipos fijos de forma oficial, estaremos fomentando entre los escaladores a “desaprender” una de las reglas básicas de la escalada: que se responsabilicen de sus propias pertenencias. La presencia de un equipo fijo (bueno o malo) propicia los descuidos en este aspecto. Cualquier escalador sensato deja de lado el equipo fijo por otras sujeciones, actualmente empotradores y friends, tan fáciles de colocar que le resulta fácil construir sus propios aseguradores mucho más fiables. Evidentemente, siempre podemos improvisar por un tiempo y escalar las montañas y los riscos usando los sistemas fijos para ayudarnos en caso necesario, pero es importante no olvidar que la corrosión les afecta rápidamente.

En poco tiempo un equipo fijo se convierte en un método de seguridad superficial, pero en ningún caso en un método totalmente seguro, con lo que estaremos enviando a una generación de escaladores a las montañas sin que sepan cómo protegerse de forma adecuada. Es decir, esta gente no podrá considerarse auténticos escaladores, ya que a falta de equipos fijos será incapaz de moverse con seguridad por las montañas.

Esto puede acarrear graves consecuencias a los escaladores que quieran escalar nuevas cordilleras como las de Groenlandia, Patagonia, etc., ya que confiando en las que ventajas que les proporciona el equipo fijo existente en sus países, los escaladores europeos intentarán hacer lo mismo en el extranjero.

Antiguamente, los escaladores europeos llevaban consigo los pitones y los martillos. Eran competentes y, por lo tanto, podían cuidar de sí mismos. Hoy, en cambio, no los llevan porque se considera pasado de moda. Teniendo esto en cuenta me parece importante que la UIAA fomente firmemente en los escaladores la costumbre de llevar consigo empotradores y friends para que aseguren su avance, e incluso un martillo y algunos pitones cuando se trate de una ascensión de grandes riscos.

Los escaladores posiblemente encontraran algunos puntos de descenso con equipo fijo, pero en cualquier caso se tratará de algo excepcional.

Más que en términos de seguridad, el auténtico problema consiste principalmente en las marcas que deja en el camino. Antiguamente, en la época de los Dolomitas concretamente, se utilizaba equipo fijo para señalar la ruta correcta. Una ruta clásica compuesta por grandes precipicios que utilizan escaladores de diversas nacionalidades, no tiene nada que ver con los pequeños precipicios británicos, que están perfectamente explicados en las guías. Los escaladores poco asiduos (por ejemplo, los que escalan una vez al año) solían perderse fácilmente por estas rutas. Por consiguiente, en algunos casos es importante disponer de algún tipo de marca para señalar el camino correcto y las posturas, no mediante señales pintadas pero, por ejemplo, mediante algún tipo de señal de metal que puede colocarse en los lugares que se han limpiado de basura y que son lugares naturales perfectamente protegidos. El punto fuerte de este argumento es la necesidad de dotar a los Alpes cuanto antes, de refugios salvaguardados del mal tiempo, lo que tiende a buscar una solución de sujeción fija (en tiempos pasados los escaladores hubieran simplemente confiado en entrelazar viejos pitones).

Es importante reflexionar con detenimiento sobre este tema. En las rutas más populares los puntos de descenso son habituales (p. ej.: en Dülfer Couloir, en la cima del Grand Cap), con lo que resulta probable que los equipos se olviden de llevar consigo el equipo suficiente para protegerse de un largo descenso. Posiblemente las líneas de anclajes que garantizan una correcta sujeción pueden convertirse en la solución al problema, pero dicha solución debe fomentarse durante la ascensión. Sin embargo, soy consciente de que ningún organismo oficial se responsabiliza de controlar el exceso de puntos de descenso fijos, sobretodo en alta montaña, lo que deja muchas preguntas sin respuesta, y no precisamente relacionadas con el peligro de litigio que entraña cualquier asegurador al caerse. Debería establecerse un sistema de sustitución selectivo del equipo para que los puntos clave de la ascensión estuvieran en buenas condiciones, aunque si seguimos por este camino nos serviremos del mismo tipo de justificaciones que utilizan los suizos con referencia a las estacas de la Galerie Carrel en el Zmutt (aunque se trata de una ruta mixta y por lo tanto no es exactamente lo mismo). Este razonamiento parece apropiado, aunque efectivamente deja el paso libre a numerosos interrogantes: ¿por qué no disponer de cuerdas fijas en la Travesía de los Dioses?, ¿Deberían mantenerse las cuerdas fijas en la Travesía Hinterstoisser? Porque sin ellas, ¿cuántos lograrían escalar el Eigerwand?.

He observado que en su artículo habla de “alta montaña” y de “riscos de escalada". Ambos deportes, son seguramente las únicas modalidades de alpinismo que conocen los europeos. Por ello queremos ahora descubrir montañas altas para improvisar su escalada al igual que hacemos con los precipicios de entrenamiento. Debería fomentarse la actitud que adoptan los británicos con respecto a los riscos tradicionales (p.ej.: más o menos agrietados y verticales), es decir, tratarlos con respeto (en vez de acribillarlos con hierro) y aprender a colocar las protecciones para que cuando uno escale la montaña, no sienta ni sus habilidades ni su ética menospreciadas. Las actividades de escalada deben reservarse SÓLO para los riscos abruptos y sin grietas, así como para los escaladores físicamente bien preparados y expertos en el uso de las protecciones naturales, debiéndose desaprobar como técnica de masas. Si fallamos en el intento, el resultado que obtendremos es que tarde o temprano TODAS las escaladas en roca se acondicionarán con bolts porque los europeos ya no acarrearán martillos y pitones, ni tampoco sabrán (o querrán aprender) utilizar los empotradores.




En mi opinión, un entorno de montañas lleno de bolts es insostenible por cuestiones simplemente medioambientales (dejando de lado las cuestiones éticas). ¿Acaso la UIAA considera correcto colocar bolts de forma aleatoria en todas las montañas y riscos? Seguramente no. Por consiguiente, tanto usted como sus colegas británicos de la UIAA deberían alabar al líder británico que adoptara técnicas de protección y llamara la atención de los demás y les informara sobre la seguridad medioambiental y las cuestiones éticas (cualquier persona que lo tenga en cuenta es con diferencia mucho más segura).

Ha llegado el momento de subrayar la importancia que tienen las características de las cordilleras y de advertir a los que no pueden moverse por las montañas sin una taladradora mecánica o una ruta preequipada, que no pueden llamarse a sí mismos "escaladores" o "montañistas" en el amplio sentido de estas palabras. Además, con la caída en desuso de los pitones, todo escalador tiene la obligación de aprender y practicar los métodos de protección actuales. Es importante que comencemos a promocionar la virtud de estas técnicas en términos medioambientales. No se trata solamente de proscribir el uso de taladradoras automáticas en las Grandes Cordilleras, a cambio tenemos que fomentar en casa las técnicas de los empotradores.




LA ABSOLUTA LIBERTAD DE ESCALAR VERSUS LA SEGURIDAD Y LA PREVENCIÓN DE LOS ACCIDENTES DE MONTAÑA


Bruno Durres
Comisión de Medicina de la UIAA
28-06-1998


Cada año, a finales de agosto, los medios de comunicación europeos anuncian el cómputo de víctimas que “las montañas asesinas“ se han cobrado a lo largo del año, y citan a algunos escaladores de élite famosos (normalmente sin experiencia en cuestiones de rescate) para que expongan sus opiniones sobre cómo evitar los accidentes de montaña.

Instalar o no instalar bolts por cuestiones de seguridad en las rutas de escalada o en las de escalada tradicional (o incluso cuerdas fijas como, por ejemplo, en Matterhorn, Eiger Mittelegi), es uno de los temas que suscita interminables discusiones. Ambas opiniones cuentan con buenos argumentos en su defensa, por lo que resulta probable que cada cordillera termine por adoptar su propia solución al problema.

La libertad de escalar

Escalar con absoluta libertad implica poder escoger el lugar que uno quiere escalar y la técnica que uno quiere emplear para ello.




Cualquier escalador dispone de total libertad para escoger una determinada ruta o montaña, en función de su experiencia, entrenamiento y cualidades físicas. Mientras que los buceadores están obligados a presentar un certificado de formación para poder comprar o alquilar el equipo de submarinismo que necesitan, los escaladores no están sujetos a ningún tipo de control al respecto. Un escalador goza de plena “libertad“ para sufrir accidentes mortales si no se ha entrenado teniendo en cuenta los estándares de las federaciones alpinas o las asociaciones de guías de montaña.

Todo escalador (correctamente entrenado o no) puede decidir libremente si desea utilizar el equipo fijo. Los escaladores puristas proponen la escalada limpia con aseguradores desmontables como único método de ayuda. Los que van en busca de adrenalina son libres para hacer caso omiso a cualquier tipo de sistema de protección fijo o bolt.



La responsabilidad de las federaciones de montañismo y la prevención de accidentes


La mayor parte de las regiones montañosas de los Alpes europeos viven del turismo y, por lo tanto, están muy interesadas en ofrecer rutas seguras y un sistema de rescate eficaz para sus visitantes.

Cerrar definitivamente el paso a las cordilleras para preservarlas para el futuro, es quizás una medida de máxima eficacia en términos de prevención, pero que va definitivamente en contra de la libertad de escalar.

De momento no existe ninguna prueba que demuestre que el número de accidentes ha incrementado en las rutas que disponen de equipos fijos. Por el contrario, la tasa de víctimas ha disminuido significativamente en las escaladas mixtas clásicas de los Alpes suizos en los que se han instalado dichos sistemas de protección.

La mayor parte de los rescatadores de los Alpes, que también se encargan de llevar a cabo peligrosos rescates de los cuerpos de las víctimas, proponen que se instale un número moderado de aseguradores en las rutas más comunes.

La libertad de escalar conlleva la necesidad de disponer de rutas seguras. En este aspecto, los escaladores de elite deberían ser más tolerantes hacia las actividades de prevención que llevan a cabo las regiones montañosas y las organizaciones de rescate.

2 comentarios:

Vlady dijo...

Para imprimirselo y leero con detenimiento Javi ;)

Salu2

GUITTOU dijo...

Cuando seamos tan organizados, serenos y racionales como los alemanes, entonces podrá plantearse un debate de esas características en esta zona del globo. Pero los robos de chapas, las peleas en refugios, las paraboleadas sin control demuestran que aquí impera todavía la ley del más fuerte...
Ah!y un poco de autocrítica no nos vendría mal a TODOS, desde los "cheriffs" de la federación, hasta los que viven del tema (marcas...) pasando por los puristas y los deportistas, nunca se sabe todo en la vida..eso es lo bueno.
SALUDOS

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