09 junio 2008

Magic Rock Climbers - ( Picos de Europa ) 1ª Parte

Remontando cuerda fija en el techo de la Cueva de las balas



Una visita a los Picos de Europa supuso el regreso de Miguel Ángel Mora “Biafra” a la escalada. Fue durante el verano de 1979, y pese a que el objetivo inicial era atravesar el macizo andando, con sus chirucas y su flauta travesera, a su llegada al refugio de Urriello conoce a Cristian Marín. Con él escalara la Sur del Naranjo, calzado con aquellas precarias chirucas, pero pletórico de ilusión y ganas.
Abierta aquella primera puerta con la cumbre del Naranjo (cumbre ya hoyada por Miguel a principios de los 70, cuando escaló vías como la Este o la Directísima), los siguientes días son de exploración y planificación de futuras escaladas. Juntos fijan diversos objetivos como la cara Este del Naranjo, o el artificial del techo de la Cueva de las Balas (Actual Lurgorri). La cita tendrá que ser el siguiente verano, el del año 1980.

Miguel con su travesera en la puerta del refugio


El seis de julio del 80, al poco de regresar a Picos, Miguel abre “Capricho de Venus” en compañía de Cristian Marín. Una bella línea que discurre por todo el espolón de la cara este del Naranjo. Trescientos metros de MD en dificultad (V+ máximo).Una gran experiencia, ni mas ni menos que en el mismísimo Naranjo, y que no sería nada mas que el comienzo de aquel fulgurante verano. Este es el relato de sus recuerdos, a día de hoy:


En plena Capricho de Venus


Capricho de Venus (cara Este del Naranjo de bulnes)

croquis descargable


“Todo transcurría de una forma pausada. Habían pasado varios días desde nuestra llegada a Vega de Urriello. Nada de madrugones ni esfuerzos desmedidos, por el momento estábamos en tiempo de entrenar y poner a tono los músculos. Hacíamos muchos bloques de las cercanías del refugio, y de vez en cuando, alguna vía clásica para irnos soltando. Después de los festivos desayunos siempre me apetecía tocar la flauta, aunque también por la tarde, cerca de la “colina del loco”, sobre todo si esperábamos visita desde Sotres o Bulnes.




Y así, el día seis de julio de 1980, Cristian Marín y yo nos plantábamos en la base de la cara este del Picu. Nuestra idea era abrir una vía, a ser posible totalmente en libre, por el conjunto de llamarías que aún quedaban por explorar entre la vía “Martinez-Somoano” y la recientemente abierta, “Cainejo”. Los tres primeros largos son de una dificultad moderada y nos conducen a la zona más vertical de la pared. En el cuarto largo ya hay que emplearse más a fondo. Ponemos un buril para asegurar la progresión, y la parte final se torna aérea y muy difícil. En aquella época afrontábamos las aperturas queriendo ser lo más limpios posible, con la mentalidad de poder soportar grandes vuelos, y por ello siempre trepábamos con doble cuerda, arnés completo (cadera y pecho), casco, y una gran dosis de adrenalina corriendo por las venas.
En el quinto largo voy en cabeza, el ambiente es severo, la roca excelente. Primero travesía algo descendente hacia la derecha, en busca de la evidencia, luego más directo, a la derecha de un bloque triangular. Aquí la escalada es muy difícil, y tremendamente bella. Con esfuerzo consigo taladrar la roca con el ramplus, y poner uno de aquellos tornillos de ferretería a modo de buril. Pero ahora la progresión directa se escapa a mis posibilidades, aunque bien a la izquierda observo un conjunto de grietas oblicuas que parecen prometedoras. Comienzo a descolgarme, y en péndulo llego hasta ellas y coloco una buena clavija. Uff!...no quiero ni pensarlo que hubiera pasado si aquel tornillito no hubiese aguantado la tracción directa del péndulo. Ya más confiado voy progresando hacia la derecha por un terreno franco y espectacular, hasta llegar al colosal puente de roca donde monto la ingrávida reunión. Considero este largo como uno de los más bellos, difíciles y arriesgados que he tenido la suerte de abrir.




Durante una repetición de la vía ese mismo año.


Cristian llega a la reunión y me releva. Ahora avanzamos rápidamente sobre roca de magnífica calidad, y al final de la tirada enlazamos con la “Martinez-Somoano”. Por camino ya conocido, ganamos la cima. Estamos muy contentos. No hemos utilizado estribos. La vía es muy caprichosa en su recorrido, y además, por tener tantas bellas curvas, decidimos dedicársela a Venus




Pocos días después de abrir la “Capricho”, Miguel y Cristian abren el primer largo de otro proyecto. Otro capricho, pero esta vez un gran techo, el techo de la Cueva de las Balas. Cuarenta metros de clavada en artificial, muy entretenida, inaugurando una línea que recientemente ha sido continuada por los hermanos Iker y Enero Pou, para trazar la que está considerada como vía más difícil del mundo en pared (sacando ese máximo grado precisamente al superar este enorme techo). Seguro que los Pou han podido aprovechar el antiguo golo Cassin que Miguel colocó en la reunión.

En una repetición del techo



Techo de la Cueva de las Balas (Picu Urriello):

“En el verano de 1979 conozco a Cristian Marín en el refugio de Vega de Urriello, y rápidamente surge una gran amistad entre nosotros.
Una mañana decidimos visitar la Cueva de las Balas, en la base de los Tiros de la Torca, pues nos han comentado que es un lugar muy interesante. Una vez allí, nos dedicamos a recoger del suelo alguna muestra de unas pequeñas piedras con forma de esfera, que llaman mucho nuestra atención, ya que sabemos que el nombre de dicha oquedad deriva de ellas.
Fascinados por aquel ambiente, no dejamos de dirigir nuestras miradas al impresionante techo que se eleva sobre nosotros. Descubrimos una fisura que lo recorre en su totalidad, y comenzamos a soñar con una bella escalada, fuera de la vertical. De esta manera, decidimos organizarlo todo para el siguiente verano, pues también la cara Este forma parte de nuestros proyectos de apertura en el Picu.


Recuperando el largo del techo


A principios de julio de 1980 suenan los primeros golpes de maza en la cueva, y poco a poco vamos equipando el gigantesco extraplomo. En todo momento logramos progresar utilizando clavijas y fisureros, y en ningún momento hicimos uso de los buriles. Nos tomamos esta escalada con bastante filosofía, y la íbamos alternando con otras actividades. Llegábamos a la cueva a media mañana, mediante los “jumar” y las cuerdas fijas ganábamos el punto más alto alcanzado el día anterior. Luego avanzábamos unos cuantos metros por la fisura, y cuando nos parecía bien, regresábamos al refugio. Así, en cuatro o cinco ataques, y después de cuarenta metros de techo, ganamos la vertical en el borde de la Cueva, y montamos reunión con un golo Cassin y varias clavijas. Dejamos el largo equipado y fuimos a hacer otras repeticiones con otros compañeros. Poco después recuperamos todo el material y únicamente dejamos una cuerda fija colgando de la reunión. Nuestra idea era continuar la vía, hasta ganar la cima de los Tiros de la Torca. Pero otros proyectos nos ocuparon, y al final del verano, una caída muy fuerte que tuve en la Este del Naranjo, bloqueó definitivamente el proyecto.
Aun recuerdo como jugábamos a escalar en libre el principio del extraplomo, y medio en broma medio en serio, decíamos que seguramente en el futuro algún freeclimber de esos, conseguiría superar todo el techo sin usar estribos, y sin puntos de ayuda. Pasados 27 años nació la vía “Lurgorri” de los hermanos Pou”



Vía de los Celtas (cara Este del Neverón de Urriello):

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El texto que sigue fue escrito por Biafra, para la revista Alta Ruta, del Club Alpino Maliciosa, en 1980, y describe, con toda la frescura y la terminología del momento, lo que supuso aquella apertura:

Primeros largos de la vía de los Celtas, durante la apertura.


“La cara este del Neverón de Urriello era un desafío. Todos estábamos convencidos de que allí se abrirían vías, y de no poca dificultad!...Ya se sabía de un intento de ascensión de una cordada asturiana, hacía varios años, pero…¿hasta donde habrían llegado?¿que dificultades tendría la pared?

Miguel recupera uno de los largos durante la apertura


Por fín Tito y yo atacamos la pared, el día 17 de julio. Comenzamos por un sistema de diedros a la derecha, y los superamos mediante una escalada atlética y de pasos muy difíciles. Después de un respiro en la zona media de terrazas, entramos en un embudo que nos condujo a la parte más impresionante de la pared (los prismáticos ya nos habían advertido de aquello).






Miguel abriendo la fisura tras la "Llambría de los Astures"



Nos elevamos directamente por la “Llamaría de los Astures”, superándola por pequeños tubos de órgano y en adherencia. ¡Que roca tan compacta! Subimos por ella empotrando las punteras de las botas en los tubos, y también abriéndonos de piernas, para hacer oposiciones.
De esta manera llegamos a una fisura que es bien visible desde el refugio, con un primer largo muy mantenido, de escalada exterior y atlética, al tiempo que técnica y elegante. Y sumergidos en este mundo de belleza, podemos observar la pared oeste del Naranjo, en la que descubrimos una nueva dimensión. El segundo largo, sin ser tan mantenido, nos guarda gran dificultad a la salida. En una oposición muy forzada, la falta de presas te obliga a emplear todos los recursos de técnica y coraje. Por fin la cima…los abrazos, los cigarrillos (Días después, Jesús Gálvez y Toni Saelices abren, en esa misma pared, la vía “Sol Naciente”, con un recorrido tan duro e interesante como bello)”



El Espolón del Lago


Espolón del Lago (cara norte del Neverón del Albo)

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“Subíamos Erik, una amiga, y yo hacia el Naranjo, por el camino de Sotres, y en una parada para descansar, estuvimos contemplando el increíble paisaje. En aquella ocasión nos fijamos, más que nada, en el Neverón del Albo; nos llamó mucho la atención su grandiosa cara NO. Un increíble perfil que descendía primero desde la cima en una afilada cresta, y luego como un ancho espolón que brillaba magnífico al sol. ¡Que maravilloso sería ascender por ese espolón tan geométrico! EL sueño había comenzado a calentar mi cabeza, y ya me imaginaba recorrer esas lisas llamarías y elevarse sobre el paisaje.



Durante la apertura de la vía


Aquella mañana de sol deslumbrante, Tito y yo nos elevamos fatigosamente hasta la Corona del Raso, y de allí descendimos hasta la base de la pared. Comenzamos por dos largos fáciles que nos enfrentaron con la verdadera defensa de la montaña, al tiempo que calentaban nuestros músculos. A partir de ahí, nos fuimos elevando por bellas placas que ofrecían el placer de mover el cuerpo con armonía, sintiéndolo deslizarse suavemente por las presas. En esta escalada todo fue equilibrio, y esa sensación íntima de sentirse confundido con la belleza, el arte y la roca. En uno de los largos en que yo iba en cabeza, recuerdo ver a mi compañero destacado sobre el filo del espolón. Y a su derecha la imagen de un lago verdoso y salvaje, con el fondo del mar invadido por la niebla.


Tito dando un largo de primero


Cuando Tito subía delante, le veía apoyar solo las punteras de sus botas, por aquellas placas empinadas que raramente eran fáciles. El último largo, justo antes de la cresta, me recordaba mucho a la Pedriza. ¡Que liso! Había que escalar a veces en adherencia. Por fin salimos a la cresta, y decidimos bajar por un destrepe lógico. Ya habíamos hecho lo que más nos interesaba. No quisimos subir a la cima, pero cumbreamos este magnífico espolón; nosotros estábamos contentos.
Y al llegar al refugio sentimos la satisfacción de haber dialogado con la madre tierra, hollando por primera vez presas milenarias.”



(texto extraído íntegramente del número 13-14 de la revista Alta Ruta, de diciembre de 1980)






croquis descargable

9 comentarios:

Talo Martín dijo...

Esta es la que abrieron los Pou no?

Kiko dijo...

Aprende a leer so guannay!......
Si ES ESA!!.....más vago que un funcinario de compras!

santi8a dijo...

jajajaja, talo esta escrito lo de los pou 4 o 5 veces....

Kiko dijo...

pou pou pou pou....jajajajaais

Talo Martín dijo...

joder que hijos de puta, no he tenido tiempo de leerlo.., bastante con ser uno de los afortunados a los que siempre le llega el chivatazo via-Kiko..
Ya lo leeré en casa joder!

Que os jodan!! JAJAJAAJJAJA

Ivanón dijo...

Nosotros hicimos otra vía creada por Christian Marín en la cara este, la "Amistad con el Diablo". Puedo aseguraros que los seguros son más bien pocos. El reequipamiento está fenómeno. Peazo vía, la primera que hicimos en el Urriello (hay una entrada en este blog).

Vlady dijo...

Hey Ivanón...coincidimos en la primera al Urriellu ;)

Buena info Kiko ;)

Salu2

Kiko dijo...

Ivan, voy a meter el supercroquis de la Amistad también....saludos a todos.

Ivanón dijo...

Mételo Kiko, mételo!!! AArrrgggsss....que buenos recuerdos.

Saludos a tós.

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